¿Cuántas actualizaciones han tenido las páginas en los últimos 6 meses? ¿Cuántas veces has actualizado tu sistema operativo? ¿En qué versión de OBS estás? ¿Con qué tipo de tecnología trabajas en tu estudio?
¿Sabías que, en los últimos 3 meses, casi de manera semanal, se presentan actualizaciones en las páginas de streaming de contenido para adultos? Con cambios de interfaz, mejoras en sus servidores, actualizaciones en sus algoritmos. Pero no solo pasa con las páginas, sino con todo lo que está en los servidores de internet. Casi desde mayo de 2024, he notado cómo todo va a un ritmo frenético, más preciso, quizá más confiable. Estoy casi seguro de que todo se debe a que en cada página empezó a trabajarse en mayor proporción con IA.
Todos sus procesos se adaptaron a estos nuevos lenguajes y se apoyaron en los mismos para ser más efectivos cada día.

Windows 10 dejará de tener actualizaciones este año en octubre. No quiere decir que ya no vaya a funcionar, pero sí que en algún punto del 2026 será obsoleto. Y no solo él, sino los equipos que no estén a la vanguardia; estos empezarán a ser descontinuados. Basta con leer la última actualización de OBS, donde dice que las tarjetas de la serie 700 ya no serán detectadas por el mismo. Sí, es decir que tarjetas de 2 GB, con las que transmitimos en 4 páginas, ya no funcionarán. Su chip es muy antiguo, esta tecnología ya pasa a otro plano.
¿Y nosotros, como estudios, dónde quedamos?
La solución más sencilla es: “vende eso y actualízate”, pero… ¿Cuánto me vale? ¿Costo-beneficio? ¿Lo puedo hacer ya? ¿Cuánto tiempo me tomará volver a estar al día con la tecnología? ¿Y si, en lugar de comprar lo último, compro el del año pasado?
Todos estos cuestionamientos y “soluciones rápidas” saldrán a flote, pero ¿cuál será la mejor de todas?
Primero que todo, no debes caer en desesperación (créeme). Analiza en qué punto estás y qué tan actualizado estás. Haz un cuadro de costos donde te organices para comprar, o de a un equipo, o de a una gráfica, o de alguna manera ir haciendo las mejoras correspondientes sin pensar que te vas a quedar “varado”.
Luego, planifica. ¿En qué quincena puedes ejecutar tu primer movimiento? ¿Qué equipo es más obsoleto que otro? Si puedes venderlos, no dudes en hacerlo; a un estudiante, amas de casa, universitarios que necesitan hacer trabajos. Este tipo de público no necesita de las tecnologías que nosotros, como estudio, necesitamos, ya que para estar a la vanguardia del streaming necesitamos equipos de alto rendimiento, y cada día que pasa serán más exigentes.
¡Listo! Ya tenemos las posibles soluciones, ya sé cómo voy a actuar en los siguientes meses para no quedarme atrás, ya sé qué sistema operativo voy a utilizar, cuál OBS me funciona mejor, ya tengo claro cuáles y cómo serán mis movimientos técnicos para no quedarme atrás.
Pero… esta linda y transformadora palabra “pero”.
Pero, ¿y tú? ¿Cuál fue el último libro que leíste? Y no estoy hablando de la novela de moda, o el best seller que tiene la misma trama que Las 50 sombras de cómo se llame. Te hablo de un libro que te hizo pensar en tu empresa, en cómo mejorar “x” proceso. Estoy hablando de cuándo y cuál fue el último libro que te hizo tener otra perspectiva acerca de algo de lo que te sentías tan seguro o segura. Dime, ¿cuándo fue?
Puede que en este espacio digas, “hace mucho” o “poco tiempo”, pero no se trata de tener o no la razón. Se trata de analizar que todo lo tangible a tu alrededor se “actualizó”. Todo cambia, mejora o se transforma. ¿Y tú?
Ok, perfecto. Digamos que lees un libro en promedio bimestralmente, que no lees literatura, sino desarrollo personal (lo cual me parece increíble) y que tienes una biblioteca con, digamos, 10 libros desde el año pasado. Ahora, dime: ¿cuáles técnicas o acciones has ejecutado con los 2 últimos libros que leíste?
Si ya las tienes, ¡genial! Eres del 5% de las personas que lo hacen. Pero si no, no debes culparte ni sentirte mal o menos. Pero sí debes hacer un alto en el camino y preguntarte: ¿qué puedo hacer hoy que me ayude a “actualizar” mi sistema operativo? Que vendría siendo nuestro cerebro, o los procesos dentro de él, o mejor aún, nuestra mentalidad.

¿Puedo suponer? Digamos que eres un fan, o una fan, del Seminario Fénix, que no fallas una mañana escuchándolo mientras haces tu rutina mañanera, que compartes todos los videos de Brian Tracy que aparecen en TikTok, que tienes un vision board con una casa de dos plantas, con piscina, en concepto minimalista, una camioneta, un carro deportivo, el hombre o la mujer de tus sueños… mejor dicho, todo lo que deseas tener lo tienes en ese vision board.
Te repites una y mil veces “puedo hacerlo, puedo hacerlo”, y tienes todas las ganas para hacerlo. Pero tan pronto llegas a la empresa, usas una hora de tu tiempo escuchando a la modelo que no viene, a la que pone excusas, a la modelo “María Dolores”. En fin, al personal que no es recíproco con tu tiempo y tus intereses. No digo que estas personas no merezcan tu tiempo, jamás. Digo que habría que analizar cuánto tiempo deberías pasar con estas personas.
Luego gastas unas horas yendo al súper a comprar los elementos de aseo faltantes o cualquier cosa que depende de ti. Luego, claramente, debes desayunar, y cuando estás terminando llega un súper privado que te hace enfocar tu energía en la facturación.
Cuando te das cuenta, es hora de almorzar, y luego nuestro amigo o enemigo: el TikTok. Y así, sucesivamente, se te va el día… y el siguiente. Y tienes todas las ganas de mejorar, pero no te detienes unos minutos a analizar cómo puedes “actualizar” estos procesos.
¿Será que un monitor no puede escuchar a “María Dolores”?
¿No tienes un personal que pueda comprar los elementos de aseo? Con eso tú te puedes concentrar en otros procesos que mejoren tu facturación.
¿Qué tal si realmente, por unas horas, te dedicas a revisar las páginas de tus modelos?
O mejor aún, ¿qué tal si actualizas tu sistema operativo con un curso? De seducción, liderazgo, inglés, ventas, contenido, páginas de streaming, tráfico, comunicación interpersonal, comunicación efectiva… en fin, tantos temas que, como líder de tu empresa, debes aprender, reaprender y seguir aprendiendo para que tu equipo también mejore.
Porque está genial que tengas la capacidad económica para solventar las mejoras y actualizaciones tecnológicas. Pero, ¿tienes la capacidad organizacional para decir “NO”?
Para escoger las tareas importantes y no las urgentes. ¿Tienes la capacidad de apagar incendios? ¿Qué tal si mejor te preparas para evitarlos? ¿Qué dices?

Las actualizaciones de OBS, páginas, métodos de pago, equipos… en fin, de todo, son muy, muy importantes, lo sé. Pero olvidamos, durante el día a día, que también es importante que nosotros, como líderes de nuestro equipo (sea grande o pequeño), debemos mejorar y ayudarlos a ellos a mejorar.
A aprovechar el tiempo, a hacer reuniones más cortas, claras y efectivas. No solo regaño matutino (pero no dejes de hacerlo, ese a veces funciona), a dar un feedback efectivo y motivador a tus modelos. Todo esto se logrará evidenciar en lo que más esperamos, y creo que nos gusta: en la facturación.
No dejes de lado tu crecimiento personal, ni el de tu equipo. Ya que puedes tener el último procesador 2026, con el equipo que se limpia solo, la cámara o la tarjeta gráfica que trabaja con IA… pero si tu monitor no sabe conectar un OBS, hasta ahí llegamos.
Si tus reuniones son de 2 horas de solo regaños o repetición del mismo tema, pues las modelos se aburren. Así tengas el room con el espaldar reclinable que cambia las luces de colores con aplausos.
Estamos en una competencia diaria de quién tiene el mejor room o la mejor tecnología. Pero muchas veces nos cuesta mejorar un poquito cada día.
No se trata de mañana inscribirse a cuanto curso se te aparezca; se trata de empezar uno hoy, pero ponerle fecha de terminación. Y luego el otro, y el otro.
No dejes de crecer ni de mejorar. Recuerda que para esto no existe un límite.
«Si no cambiamos, no crecemos. Y si no crecemos, no estamos viviendo de verdad». — Anatole France
Articulo Escrito por
Leonardo Figueroa – Gerente General RED